Ayer se recrearon las implicancias del Combate naval del puerto de Iquique (por entonces peruano), durante la Guerra del Pacifico (Perú-Chile). Según el H:. militar que realizó la disertación, cuando en determinado momento (21 de Enero de 1879) el monitor Huascar, un blindado de la Armada peruana bombardeó y espoloneó 3 veces a la corbeta de madera chilena Esmeralda, ocasionándole 143 muertos y 57 náufragos, sucedió un hecho inusual entre profanos pero común entre masones de valía. 2 valerosos capitanes: primero Arturo Prat Chacón (Mayo, 1879) y mas tarde Miguel Grau Seminario (Octubre,1879), pasarían a la posteridad convirtiéndose en máximos representantes de las armadas de sus países, al igualar acciones y actitudes magnánimas propias de héroes de epopeya que creíamos solo existían en los libros.
Con su buque casi destrozado Prat lejos de rendirse abordó al Huáscar sable y pistola en mano, muriendo defendiendo su divisa. Grau en vez de preservar para si las pertenencias del líder muerto, las colecta y las devuelve a la viuda del héroe enemigo : Carmela Carvajal adjuntándole una carta llena de condolencías y reconocimientos al valor de su ex-esposo. Con sentido de la historia, la viuda responde a la misiva con excelsa altura y recogimiento. Los náufragos chilenos a 800 metros de la costa tenían la suerte echada :morir en alta mar a falta de salvavidas, frío de las aguas y la interperie o, a manos de la población costera enemiga caso de arribar algunos a las costas peruanas de Iquique. Los códigos de guerra son contundentes : si no matas, te matan. Si Grau salvaba a los náufragos hubiese sido glorificado en el Perú, pero vilipendiado por siempre, en Chile. Por encima de actitudes parroquiales Grau, marino desde los 15 años y masón por tradición y convicción los salvo y puso a buen recaudo. ¿Que impulsó a Grau a perdonar a sus enemigos?. Su formación de hombre superior, forjada tras labrar la piedra bruta, vertebrada en las circunstancias mas inverosímiles y de altísima piedad como en este caso, en las que el ser humano pugna por reinvindicarse de algunos de sus desaciertos mas dolorosos : las guerras.
Con su buque casi destrozado Prat lejos de rendirse abordó al Huáscar sable y pistola en mano, muriendo defendiendo su divisa. Grau en vez de preservar para si las pertenencias del líder muerto, las colecta y las devuelve a la viuda del héroe enemigo : Carmela Carvajal adjuntándole una carta llena de condolencías y reconocimientos al valor de su ex-esposo. Con sentido de la historia, la viuda responde a la misiva con excelsa altura y recogimiento. Los náufragos chilenos a 800 metros de la costa tenían la suerte echada :morir en alta mar a falta de salvavidas, frío de las aguas y la interperie o, a manos de la población costera enemiga caso de arribar algunos a las costas peruanas de Iquique. Los códigos de guerra son contundentes : si no matas, te matan. Si Grau salvaba a los náufragos hubiese sido glorificado en el Perú, pero vilipendiado por siempre, en Chile. Por encima de actitudes parroquiales Grau, marino desde los 15 años y masón por tradición y convicción los salvo y puso a buen recaudo. ¿Que impulsó a Grau a perdonar a sus enemigos?. Su formación de hombre superior, forjada tras labrar la piedra bruta, vertebrada en las circunstancias mas inverosímiles y de altísima piedad como en este caso, en las que el ser humano pugna por reinvindicarse de algunos de sus desaciertos mas dolorosos : las guerras.
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