Last night the DD:. BB:. former army officer with problems of health, about whom I wrote on a previous note were immersed in a scene that for certain will be a part of the rest of his life. He participated actively in official form of the masonic exaltation ceremony of two fellow craft masons on road to master mason degree. The funny thing about is that our DD:.BB:. continues on a military Peruvian hospital, waiting a surgical intervention (that only the G.A.O.T.U. knows if it will be performed or not).
With special permission in between he participated this way of a very useful system for the recuperation of his health. He left for some hours the hospital accompanied all the time by his worthy son, also serving in the army. By means of his active participation in the mentioned ceremony (that lasted 4 hours), all his BB:. considered him apt to continue working with them. In other words they send mentally this message: DD:.BB:. You are healthy, alone you suffer a minimal setback, return soon. We want you with us because you are a very necessary people. I previously commented the need not to feel outcast when we are sick, but contrarily, that we kept on within the circle of normal people.
If I am far behind our my DD:.BB:. or they read my thoughts, I don't know it. But I know about the enormous collective intelligence of them, firmly adhered to the universal brotherhood principle, that in this case exhibited on live, one of his more sublime aspects. The underwriter and other 3 entered apprenticess, attended only the final part of this ceremony (15 minutes), seeing for our surprise and joy that our DD: BB:. had totally changed: happy and radiant. When the ceremony finish, all BB:. of the Lodge inundated him with positive energy desiring him the best compliments, embracing him constantly. An extraordinary appointment. I need not recommend this practice to freemasons of other latitudes. They, prepared people will have done the same thing perhaps, in several opportunities.
QQ:. HH:. REGRESA.
Anoche el QQ:. HH:. ex militar con problemas de salud, acerca de quien escribí en una nota anterior estuvo inmerso en un escenario que con toda seguridad formará parte del resto de su vida. Participó activamente y en forma oficial de la ceremonia de exhaltación de 2 dos compañeros masones en ascenso hacia maestros. Lo curioso del caso es que nuestro QQ:.HH:. continúa internado en un hospital militar peruano, a la espera de una intervención quirúrgica (que solo el G.A.D.U., sabe si se realizará o nó).
Con permiso especial de por medio protagonizó de esta suerte de un sistema muy útil para la recuperación de su salud. Salió unas horas de su hospital acompañado en todo momento de su digno hijo, también militar. Mediante su participación activa en la ceremonia mencionada (que duró 4 horas), todos sus HH:. masones lo consideraron apto para continuar trabajando con ellos. En otras palabras le trasmitieron mentalmente este mensaje: QQ:. y amado HH:. estás sano, solo padeces un contratiempo, regresa pronto. Te queremos con nosotros porque nos haces falta. Ya les comenté la necesidad de no sentirse marginados cuando estamos enfermos, sino contrariamente, que seguimos dentro del círculo de los normales.
O yo estoy muy atrasado o mis QQ:.HH:. me leyeron el pensamiento. No lo sé. Si sé de la enorme inteligencia colectiva de ellos, firmemente adherido al principio de fraternidad universal, que en este caso ensayó en vivo y en directo, uno de su más sublimes aspectos. El suscrito y otros 3 hermanos aprendices (aún nos falta la ceremonia respectiva para ascender oficialmente de grado), asistimos solo a la parte final de esta ceremonia (15 minutos), viendo para nuestra sorpresa y alegría a nuestro HH:. ex-militar, totalmente cambiado: feliz y radiante. Al terminar la ceremonia todos sus HH:. lo inundaron con energía positiva deseándole los mejores parabienes, abrazándolo constantemente. Una cita extraordinaria. No necesito recomendar esta práctica a masones de otras latitudes. Ellos, gente preparada habrán hecho lo mismo quizás ya, en varias oportunidades.
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