domingo, 1 de mayo de 2011

MASONIC VIRTUES



Some philosophers argue that to practice correctly many virtues one must know under-virtues. Knowing the hopelessness to know the faith, be profligate to assess sexual restraint, knowing ugliness to appreciate beauty, etc. While I thought on this yesterday afternoon, some brethren of our Lodge address the issue of the 4 cardinal virtues of a mason, noticeable in speeches as well as in most masonic writings showing a magnification of the goodness of virtues against none of anti-virtues. A dialectical process as necessary as unfinished that beats our daily reality fraught of anti-virtues. While we strive to be perfect, most of us are not. This is a long, hard process that begins with put to sleep all our sensuality.


Unless the virtues have to do with the time and be relative, elementary acts of the first Homo sapiens sapiens were linked to many of the anti-virtues we know today. Early humans had to kill not only animals but also their peers to survive, dragging greed and other passions. With the time many anti-virtues will be enthroned in the genes of growing human populations, a process well described in the book The Selfish Gene. There were no options. Only in the last 10 000 years with the emergence of agriculture that allowed us to feed ourselves otherwise, the culture and the growing fear of the consequences of our evil deeds make possible that virtues escalate into full force and splendor.



Bill Gates built his informatics empire with a great deal of ambition and a bit of selfishness, an anti-virtue. It was in this century that a wave of sexual debauchery practiced in some countries promoted the emergence of AIDS prompting us to assess the adverse effects of certain anti-virtues. An assessment which advises us that in most of our actions we should go the way of middle ground. A mason ought to be just thoughtful and moderate in the process of acting. Apart from thorough in his own act, a mason should listen reflectively the views of his family and if he holds a public national charge he must to take into account the views of selected consultants.


Anti-virtues emerge as a result of mental judgments based on erroneous assessments. The hatred that identifies an object or a human being as Inappropriate is a mental process, not the reality itself. Being fair involves making an alertness to remember and anticipate possible negative consequences of our decisions. You have to keep mentally inappropriate areas in sleeping states. This way we will promote the daily practice of prudence, temperance, justice, fortitude, faith, hope and charity, mirrored in respect to oneself and others, honesty, simplicity and loyalty, kindness, consideration for others, sensitivity to spiritual truth, service to others without expecting rewards, although unwittingly they bring us health, wealth, happiness, longevity and peace.

VIRTUDES MASONICAS


Algunos filosofos aducen que para practicar correctamente una virtud es necesario conocer la antivirtud correspondiente. Conocer la desesperanza para conocer la fe, ser libertino para valorar la moderación sexual, conocer la fealdad para apreciar la belleza, etc. Reflexionaba en torno a esto cuando ayer por la noche en nuestra Logia se abordo el tema de las 4 virtudes cardinales de un mason, percibiendo en los discursos al igual que en la mayoría de escritos masónicos al respecto, una magnificacion de las bondades de las virtudes contra ninguna de las antivirtudes. Un proceso dialectico tan necesario como inconcluso que choca con nuestra realidad cotidiana preñada de antivirtudes. Aunque pugnamos por ser perfectos, la mayoría de nosotros no lo somos. Este es un largo y duro proceso que empieza con poner a dormir toda nuestra sensualidad.


A menos que las virtudes tengan que ver con la época y ser relativas, los actos elementales de los primeros Homo sapiens sapiens se adherían a muchas de las antivirtudes que conocemos hoy. Los primeros humanos no solo tenían que matar animales sino también a sus pares para sobrevivir, arrastrando codicia y otras bajas pasiones. Andando el tiempo muchas antivirtudes se entronizaron en los genes de las crecientes poblaciones humanas un proceso bien descrito en el libro El gen egoísta. No habían opciones. Solo en los últimos 10 000 años con la emergencia de la agricultura que nos permitió alimentarnos de otro modo, la cultura y el creciente temor a las consecuencias de nuestros malos actos es que las virtudes escalaron hacia toda su fuerza y esplendor.

Bill Gates construyo su imperio informatico con una gran dosis de ambicion y un poco de egoismo. Ha sido en este siglo que una oleada de libertinaje sexual practicada en ciertos países promovió la emergencia del SIDA impulsándonos a valorar las consecuencias nefastas de ciertas antivirtudes. Una valoración que aconseja que en la mayoría de nuestros actos debiésemos seguir el camino del termino medio. Un mason debiese ser justo reflexivo y moderado en el actuar. Aparte de cuidadoso en su propio actuar, un mason debería escuchar reflexivamente las opiniones de su familia y si ocupa un cargo publico tener en cuenta las opiniones de asesores selectos.


Las antivirtudes emergen a consecuencia de juzgamientos basadas en apreciaciones mentales erróneas. El odio que identifica a un objeto o ser como inapropiado es un proceso mental, no la realidad misma. Ser ecuánime implica realizar una vigilancia mental que recuerde y prevea posibles malas consecuencias de nuestras decisiones. Hay que mantener dormidas las areas mentales inapropiadas. Asi promoveremos la practica cotidiana de la
prudencia, templanza, justicia, fortaleza, fe, esperanza y caridad, trasuntadas en respeto a uno mismo y a los demás seres, honradez, simplicidad y lealtad, bondad, consideración a los demás, sensibilidad hacia la verdad espiritual, servicio a los demás sin esperar recompensas, las mismas que sin desearlo traerán salud, riqueza, felicidad, longevidad y paz.

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